Las relaciones con la China de Mao fueron muy conflictivas, luchando el Dalai Lama por preservar el sistema tradicional Tibetano y los chinos por controlar el poder de hecho (designando por si mismo a un joven chino como la reencarnación de Panchen Lama.)
En 1956 estalló una primera rebelión anti-china en 2 provincias fronterizas de población tibetana, que fue reprimida de forma sangrienta. En 1959 un levantamiento popular apoyado por el ejército se enfrentó a las tropas chinas, que respondieron violentamente hasta la total ocupación del país.
El Dalai Lama consiguió huir a la India con unos 70.000 tibetanos exiliados, mientras Mao ponía en el gobierno del Tibet al Panchen Lama (al que sin embargo no consiguió manejar a su gusto y encarceló en 1964). En 1982 Deng Xiaoping invitó a regresar al Dalai Lama, quien prefirió permanecer en el exilio, dedicandose a preservar en el norte de la India, Nepal, Bután y Sikkim la cultura tibetana destruida por las autoridades chinas en su país de origen, al tiempo que asumía públicamente los ideales de la democracia y el pacifismo.
Desde entonces ha venido testificando en todos los foros internacionales la pérdida de la soberanía de su nación, pero «se ha opuesto al uso de la violencia y ha propiciado soluciones basadas en la tolerancia y el respeto mutuo, con el objetivo de preservar la herencia histórica y cultural de su pueblo». Esta última cita textual pertenece al comité del parlamento noruego que le concedió el premio Nobel de la Paz en 1989. En 1990 publicó su autobiografía, Freedom in Exile.
http://www.youtube.com/watch?v=pKe9sfaKg-s
http://www.youtube.com/watch?v=HqabS1A3Ap8
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